Es divertido ver un partido de la selección en una peña atlética, porque como allí no están acostumbrados a ganar partidos importantes, hacen una fiesta de cada ocasión y de cada detalle. Es cien por cien recomendable.
Pero más divertido todavía es ver cómo vitorean a un jugador del Madrid, como Íker Casillas. En el partido contra Italia los atléticos se quedaron afónicos de gritar ‘Íker, Íker’ y ‘Casillas Maravilla’ mucho antes del apoteósico final de los penaltis. Los madridistas, más acostumbrados a lo bueno, nos echábamos divertidos miradas de complicidad.Si para que a uno le hagan santo tiene que realizar varios milagros, San Íker ya tiene mucho camino hecho. Ha logrado la conversión de los infieles indígenas. Y yo que ellos, me andaba con cuidado, no sea que se acostumbren a lo bueno y se cambien de equipo, jejeje. Más que nada, porque luego monseñor Cañizares se opone a aquello de la apostasía. Aunque eso sería ya para otra entrada de blog. (Por cierto, nuestra foto es de antes del partido con Grecia, de ahí el poco ambiente)
3 comentarios:
El partido era ante Suecia tronco, acuérdate del barril.
Por cierto ¿qué te sale del cuello? ¿son alas???
Alcoholman
Joer tío, sólo comentas algo cuando me equivoco... jajaja.
Lo de las alas es herencia de Hermes, patrón de la profesión.
Por cierto, a ver si me mandas algún texto para que lo publique por aquí...
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