miércoles, 13 de julio de 2016

Vader Derribado, digo desencadenado


Son muy listos estos de Disney. Que haya caído en sus manos una saga como Star Wars y un personaje como Darth Vader no me pareció al principio buena noticia. Pero tengo que reconocer que saben lo que quiere la gente y lo exprimen.
Hace tiempo que quería hablar de la saga Vader Derribado, a la que yo denominaría más bien Vader Desencadenado. Se trata del primer crossover de las sagas de Star Wars desde que Disney se se hizo con los derechos, y es toda una pequeña obra de arte, sin grandes pretensiones y sin una gran trascendencia, pero una pequeña joya.
Es ver a Vader desencadenado, ver al malo por excelencia masacrando a los pobre buenos y bobalicones rebeldes que, pobres, caen como moscas. Por fin vemos claramente por qué todo el mundo teme a Vader en la galaxia.
La historia en sí no es gran cosa: Vader se entera de dónde está Luck y va a por él. No le importa enfrentarse a una flota de X-Wings o a un planeta lleno de rebeldes. Es todo un señor oscuro dispuesto a derramar la sangre que haga falta. ¡Vaya catarsis!
Luego está el equipo creativo. Decir que Salvador Larroca es el más modesto ya es decir mucho. La verdad es que el dibujo es tremendo. La historia mezcla un poco las tramas de los dos cómic que se entremezclan y tiene consecuencias finales, aunque permitiendo que continúen tranquilamente por separado. Todo un lujo para leer.

jueves, 2 de junio de 2016

La decoración feminista del Corpus


Hace unos días, discutía con un concejal sobre la decoración del Corpus. A mí, personalmente, eso de los toldos sucios y remendados y las sillas más viejas, me parece hortera. Me parece muy feo. La decoración del Corpus me parece de lo más kirtch, personalmente no me gusta, lo siento.
Esta mañana me ha sorprendido esto, la decoración feminista del Corpus en la fachada del Ayuntamiento. Quien no lo sepa, la 'ye' (la antigua y griega) se utiliza como símbolo feminista. Además, el color en el que está en la fachada, también lo es.
Menos mal que Cañizares ya no es cardenal de Toledo, no sé lo que habría saltado.

El ojo de dios, David Luna

Conozco al autor, David Luna, de vista, del barrio, de jugar un par de veces al baloncesto en el instituto y verlo por la biblioteca regional. Y nada más. Me habían contado que escribía y que escribía bien y lo he podido comprobar tras leer este El ojo de dios. Ya, que el libro fuera por lo tanto de David, alguien del barrio, era un aliciente para leerlo. Más aún, comprobar que era una historia de ciencia ficción, que es lo que leo más habitualmente, y encima, finalista en un certamen literario, el Alberto Magno, al que se presentaron 128 obras de diversos países.
Así que me compré la pequeña novela y tengo que decir que me enganchó desde el principio, hasta el final. Lo hice en la feria del libro de Zocodover, y en apenas tres noches había terminado la lectura.
Se trata de una space opera clásica, con mucho misterio y suspense, el típico enfrentamiento entre buenos y malos y un halo que no se sabe muy bien de qué que flota en el agobiante planeta.
La historia cuenta las aventuras de Deill Nerv (un nombre como muy asimovniano), que es un auditor imperial en una extraña colonia, el planeta Dagoh, donde parece que nadie lo quiere. La historia va entrando desde la primera página, tirando del hilo de la curiosidad y da varios giros inesperados. En ocasiones, me recordaba a la película Blade Runner, la versión en la que está la voz en off, no me acuerdo cuál es; en otras, las situaciones me llevaban a Solaris.
En el debe, decir que no me gustó la visión de las mujeres de la historia, actores secundarios con roles demasiado machistas. Es algo muy del género, del space opera, que le da a la novela cierto aire de antigua.
Pero por lo demás, una historia cien por cien recomendable, muy bien estructurada para mantener la atención, qué coño, aumentarla, a lo largo de sus casi cien páginas.
Estaré atento a lo que siga sacando David.

martes, 31 de mayo de 2016

Pétalo a pétalo... Ángel González


Pétalo a pétalo, memorizó la rosa.

Pensó tanto en la rosa,
la aspiró tantas veces en su ensueño,
que cuando vio la rosa
verdadera
le dijo
desdeñoso,
volviéndole la espalda:

-mentirosa.

Ángel González

jueves, 19 de mayo de 2016

Neverwere, Neil Gaiman


Me da miedo, mucho miedo, de que acaben matando la gallina de los huevos de oro.
Me refiero a Neil Gaiman, por supuesto.
Sin embargo, al mismo tiempo, tengo que confesarme cómplice. Porque mientras que lo hacen, o no, yo estoy disfrutando como un enano. Con la relectura final del Sandman como idea de futuro, durante los últimos tiempos me he leído American God, la delicia de El Océano al Final del Camino, e incluso los dos libros de Interworld. En cuanto a cómic, me ha encantado el Misterios de un Asesinato, un cómic basado en una historia radiofónica de Gaiman, y mientras deshojo la margarita si sigo con Los Hijos de Anansi, he devorado el cómic de Neverwhere. Y tengo algún cómic más en cartera.
Decir que si el Misterios era una narración radiofónica, este Neverwhere es la adaptación de la serie que Gaiman hizo para la televisión. El año pasado (me enteré el otro día en la Feria del Libro de Toledo) sacó el libro, este año, al menos en España, han publicado el cómic, por ciento, más caro.
En realidad, al tebeo lo titulan Neverwhere de Neil Gaiman. Pero no está escrito por él, sino por Mike Carey, otro que está en todas partes, y dibujado por Glenn Fabry.

Se trata de una historia que transcurre en un Londres paralelo, escondido, lleno de magia, de una chica en apuros, una princesa perseguida, Puerta, y un antihéroe que la ayuda, Richard. Sí, es una historia de buenos y malos, pero made in Gaiman. Según iba leyendo el cómic, me daba la sensación a veces de que tendría que releerlo al final para pillarlo todo. Al final no lo hice, quizás porque estuve constantemente volviendo atrás y adelante. Porque en ocasiones cada frase o cada dibujo, desde los primeros, son importantes, y si no los recuerdas, te pierdes cosas.
Por lo demás, decir que me recordó muchísimo el mundo Sandman, pero sin Sandman, de personajes sorprendentes y una trama que se enrevesa y se resuelve perfectamente al final. Todo ello, eso sí, en escasas 250 páginas, que al final saben a poco.. Decir que incluso Puerta me recordó muchas veces a Muerte o a Delirio.
Ahora me he picado, y estoy viendo si encuentro la serie. De momento, creo que sólo está doblada a español latino.

domingo, 8 de mayo de 2016

Viaje a la Alcarria

La verdad es que ya me había leído el Viaje a la Alcarria, durante el instituto, y me había gustado. En realidad, entonces me gustó todo lo que leí del 98 en adelante. Y había repetido con Niebla o con La Lluvia Amarilla, y tenía ganas de hacerlo con este.
Decir que le estoy cogiendo el gusto a Cela. Además del Viaje a la Alcarria, me había leído el Café de Artistas, que también fue muy agradable. Del Cristo versus Arizona, sólo pude con treinta o cuarenta páginas, y me entraron ganas de matar a alguien. Pero tengo la intención de leer el libro entero algún día que me colme de paciencia. Después de este nuevo viaje, quiero acercarme a La Familia de Pascual Duarte o La Colmena, pero sin prisa, quizás para el otoño.
El caso es que guardaba tan buen recuerdo de este libro de viajes, que imité a Cela, allá por diciembre de 2006, desarrollando más o menos su recorrido con unos amigos, eso sí, en coche. De forma que, ahora que colaboro con el blog Pumuky Viajero en el programa de radio La Colmena (todo queda en casa), de RCM, se me ocurrió recuperar aquella experiencia en boca de mi pequeña marioneta.
Y comencé a releerme el Viaje a la Alcarria con toda la tranquilidad del mundo; haciendo que los pasos de Cela coincidieran con las publicaciones del otro Viajero, de Pumuky. Fue una lectura concienzuda, lectura y relectura en ocasiones, mientras recordaba mis propia estancia y me informaba de cada localidad en profundidad. A quien le interese, ya solo me quedan dos entrada para completar el viaje de Pumuky a la Alcarria, que son Recópolis y el primer capítulo, Guadalajara, que me lo salté al principio. En el camino IP he hecho nuevos amigos, y algunos me han ayudado a comprender mejor de lo que hablaba Cela. Podéis leerlo todo aquí
De la lectura en sí del Viaje a la Alcarria, decir que me ha vuelto a obnubilar. Creo que he entendido el libro mucho más que en la primera lectura, lo que hay delante y lo que hay detrás de las palabras. Decir que no me creo la mitad de las cosas que dice Cela, ni falta que hace. Me ha encantado la prosa poética del principio de la novela y los alegatos finales, todo lleno de metáforas.
El viaje de Cela no fue turismo, fue un viaje a recorrer España en unos kilómetros y decir lo que quería decir, todo muy bien expresado, quizás demasiado rápido y trastavillado, pero de maravilla. Lo dicho, quiero más Cela, pero ahora estoy con Gaiman al doplicado y mucho titán manga.

martes, 19 de abril de 2016

¿Conoces a Pumuky Viajero?


Conocimos a Pumuky Viajero en un mercadillo de Liubliana, más o menos por el ecuador de un interraíl. El lugar, a orillas del Ljubljanica, era uno de esos caleidoscopios de formas y colores, que tanto le gustaban captar a Eva. El caso es que Mária se dedicaba a inspeccionar por su cuenta, como la niña pequeña que es, cada vez que nosotros nos dábamos a la fotografía. Entre eso y que estaba buscando su regalo para su hermano y su cuñada, se dejó perder entre las artesanías
   Lo suyo fue amor a primera vista. Pumuky le miró con sus ojos redondos y le sacó su lengua en media sonrisa. El resto es historia.
   Eva y yo nos acercamos al puesto de la anciana, un mujer muy menuda. Los dos nos miramos y estuvimos tentados de hacer una foto a su rostro surcado de arrugas, su cabello gris recogido y su ropa de hace cien años. La mujer parecía salida de un cuento ruso sobre brujas. Pero Mária no tenía ojos para ella, sólo para un personaje pelirrojo y travieso, del que ya se había prendado.
   -Justo, ¿qué te parece para mi hermano y para Susana? -La pregunta iba con trampa, ella ya sabía que se lo iba a llevar.
   Eva, que estaba detrás mío, creo que haciendo la foto a la señora, dio un paso adelante entusiasmada. Sin duda que el pequeñín les volvía locas, y yo no tenía nada que decir. Eva no pudo resistirse a comprar también a Roque como regalo para Geles. Como Pumuky, Roque era otra marioneta de madera, en este caso, un cuervo negro de pico amarillo, que revoloteaba graciosamente colgando de su muelle.
   Llegamos a Liubliana de casualidad. No estaba previsto en el viaje. En realidad, llegamos por improvisación. 
   Estábamos en Venecia y a las chicas se les ocurrió la extraña idea de ir a pasar dos días a la capital de la recientemente independizada Eslovenia. Decir que a mí personalmente aquello no me entusiasmó en absoluto. Pero, como digo, fue una improvisación. Y en seguida calmaron mis dudas, comprando varias cervezas para la noche en el tren.
   Sería porque ya iba condicionado, pero Liubliana me pareció una bonita localidad de provincias, que de pronto se ve obligada a ejercer de capital. Tenía cierto encanto como ciudad pequeña, sin nada especialmente destacable. Lo mejor era que le faltaba, al menos entonces, cierto punto cosmopolita.
   Al llegar, nos regalaron en la oficina de turismo un abono de autobuses para turistas. ¡Menos mal! Porque el albergue estaba lejísimos. Al llegar a la dirección, nos encontramos con un gimnasio. Extrañados, preguntamos y, sí, era allí. El gimnasio tenía extrañas habitaciones en una pieza de plástico, incluido el baño. Por la noche, nos entretuvimos comprando en una pequeña tiendecita, con un señor muy simpático, que cerró media hora más tarde explicándonos palabras de su idioma. Y cenamos un plato típico de carne picada, verdura y salsas que era una delicia. Nos acostamos pronto, que al día siguiente nos esperaba mucho turismo, muchas cervezas, y un extraño encuentro.
   La bruja sacó al cuervo y al duende de sus respectivas jaulas y fue como si se esfumara. Eso, o nosotros perdimos por completo todo interés en ella.
   La cara de la marioneta era la de un niño travieso que sabes que te la va a jugar en cuanto te vuelves; quizás la de un duendecillo malicioso. No sé si fue en aquel primer momento, creo que sí. De inmediato, Mária le puso Pumuky de nombre, como aquel bicho peligroso de la serie checoslovaca.
   Nos fuimos al cercano castillo. Para subir al castillo de Liubliana, hay que utilizar un dragón. El dragón es el símbolo de la ciudad, pero nadie nos supo explicar por qué. Los tres, los cinco, mejoro dicho, nos subimos a lomos de él, y nos dirigimos a la fortaleza. 

Este cuento medio verídico es el inicio de una aventura mucho mayor, los viajes de Pumuky Viajero. Si quieres conocer la historia de esta marioneta y sus miles de viajes, visita su propio Blog.

jueves, 14 de abril de 2016

¿Y yo cómo me bajo del autobús?

Anoche, al bajar del autobús, me encontré con esta sorpresa.
¡Vaya contenedor bien situado! Lo curioso, es que existe otro contenedor de la recogida de basuras municipal unos metros más allá. Por lo tanto, desconozco si este también es de Valoriza o es privado. Sea como sea, no puede estar en la parada.

miércoles, 13 de abril de 2016

El Viejo Logan

 
Leo mucho últimamente, y quizás por eso no me da tiempo a escribir demasiado, bueno a escribir demasiado más allá de lo que estoy hacieno en Pumuky Viajero.
Entre mis lecturas, varios libros al mismo tiempo, y algún cómic. He decidido hacer algún comentario por lo menos por aquí de las lecturas que acabo. Poco a poco, vamos a recuperar el blog y la crítica. Comenzaré por un cómic, por El Viejo Logan.
Paseaba el otro día por el Casco y me topé con la tienda de cómics, Nivel 426. Entré y no había demasiado que me llamara la atención. Pero revisándolo todo, cogí el tomo del Viejo Logan. Había oído mucho hablar de él y pensé que era un buen momento para pillarlo. Juan Carlos, el dueño de la tienda me dijo que era una buena aventura, a lo Mad Max, y que lo bueno que tenía era que se leía solo, en cuando que tuvieras un par de horas, lo acababas.
Fueron unos comentarios de lo más acertados. El Viejo Logan es un road-comic, si no existe el término, me lo invento, muy adictivo. Vamos, que una vez lo empiezas, lo quieres terminar en un rato. A mí personalmente me gustó muchísimo el dibujo de Steve  McNiven, creo que muy superior al totalmente predecible guión de Mark Millar; sobre todo, aquellos anocheceres en el desierto.
La historia no tiene mucho chiste: existe una Norteamérica apocalíptica dentro de cincuenta años (claro, el mundo es Norteamérica, no os vayáis a pensar que hay más mundo, que no), que se reparten los mayores villanos. Todos los héroes han muerto, salvo un Logan totalmente sumiso y pacifista, y Ojo de Halcón, del que pasaron los malos al matar a los buenos. Para tener dinero para el alquiler y salvar a su familia de los descendientes de Hulk, Logan y Ojo de Halcón inician un viaje de negocios.
Según vas leyendo la historia, vas más o menos prediciendo lo que va a pasar, y te da la sensación de que se te acaba el cómic y no termina de arrancar, que se pierde en los detalles y no termina de explotar. Hasta que llega el final que todos sabíamos que llegaría, y deja en el aire una segunda parte.
No entiendo muy bien el éxito de este cómic, que casi se ha mitificado, más allá de los dibujos de McNiven y la creación seria de una distopía bien montada, que no parece muy normal en Marvel. Aún así, lo dicho, se lle muy bien y engancha, a ver si ocurre algo todo el rato.