domingo, 29 de mayo de 2011

Medianoche en París

La película que más me ha llenado de Woody Allen, de las que he visto hasta el momento, es precisamente la que menos parece gustar a mucha gente, Vicky, Cristina, Barcelona; a partir de ahí, haceros una idea de mis gustos. Habitualmente, cada vez que saca una peli nueva, voy al cine con Meri. Acabamos de ver la última, Medianoche en París, y en como tónica general, me ha gustado bastante.
Medianoche en París es un cuento de hadas, una historia atemporal, en la que Allen se torna un fricky a lo Kevin Smith, pero en culto. Se trata de un repaso a la imagen parisina de todos los tiempos. El bonito cuento no profundiza tanto en los personajes como la obra filmada en España; ni siquiera en la obra de los artistas representados. Es una cómica sucesión de gags y de vistas monumentales de París. Y demuestra que en realidad el arte de la Ciudad de la Luz no se debe a sus vecinos, sino a españoles y americanos.
De lo menos bueno, decir que los actores (sobre todo el prota, pero también Pablo y Luis), son malísimos. También os contaré que el final era tremendamente previsible, y se lo adelanté a Meri un rato antes. A, y no me gustó que no aparecieran rinocerontes.