martes, 29 de abril de 2008

I Ruta Fotográfica por Toledo


Pufff, que malo que es esto de librar, que a uno luego no le da tiempo para nada, jejeje.
El pasado sábado por la tarde, quedamos Eva y yo para una rutita fotográfica por Toledo, y finalmente consegimos engañar a Geles.
Eva tenía ganas de entrar a la catedral pero, como luego nos enteramos, costaba siete u ocho euros. Sólo es gratis los domingos por la tarde, y creo que hay que pedir permiso para hacer fotos. Así que la propuesta queda pendiente para otro día.
Como aparcamos cerca del Greco, yo propuse ir al Museo Sefardí. Cuando íbamos a entrar, descubrimos en el Tránsito los bueyes el Rocío, y les hicimos unas fotillos. Después, nos recreamos en la sinagoga.

Hacía calor, mucho, y teníamos sed. Así que nos tomamos una cañita en el Rinconcito, descubrimos cómo han llegado tres toledanos a la Luna antes que los americanos y continuamos. Geles ya empezaba a recordarnos que tenía que currar, pero la engañamos un poquito más. Por Santa Úrsula, nos fuimos a la plaza del Consistorio, donde los guiris lo flipaban con la plaquita de Franco, y terminamos en la plaza del Ayuntamiento. Varias fotos más a portada de la Catedral y para Zocodover, que las niñas tenían que trabajar.
Avisaré de la segunda ruta que hagamos, que estuvo muy divertida.
Aquí está el álbum de mis fotos, cuando ellas me pasen los suyos, los meteré.

Aquí están las de Evita, que, sinceramente, me han parecido geniales: http://www.flickr.com/photos/90464767@N00/sets/72157604787006742

viernes, 25 de abril de 2008

El Aljibe

En serio, que sí, que estoy preparando cosillas... Pero es que no he tenido tiempo estos días. A ver si a partir del lunes me pongo con esto y con más cosas. De momento, para que no os aburráis, recupero y mejoro aquí algunos textos publicados en la página web de los colegas. Allí tuvimos la idea de hablar de nuestros bares favoritos. Lamentablemente, la mayoría ha ido desapareciendo...
Comenzamos con El Aljibe.


Antigua foto con Casto en el Aljibe. No faltó ni Clean Eastwood

El Casto es un camarero cuarentón, inteligente, dicharachero y agradable, que comparte en todo nuestros gustos. Ahora que el bar está cerrado, el día en el que cumplamos la promesa que hemos hecho a Alicia, su mujer, y empecemos a llamarlo los sábados por la noche, será uno más del grupo. Le gusta Toledo, cotillear, investigar y descubrir cosas de la ciudad que nadie conoce. También es heavy y amigo de sus amigos.
El Aljibe era un bar viejo, un tanto decadente y lleno de humedades. Mis padres decían que ya en sus tiempos era un bar de tortolitos. Después, al parecer, pasó a lugar para ir con los colegas. En los últimos tiempos, se convirtió un antro de clientes habituales, como nosotros, que solíamos acudir siempre a última hora, por el penúltimo cubata. A todos te los conocías de vista, y había seres entrañables (cuando no se te pegaban a dar la charla), como el Garrafa, a quien conseguimos espantar. En los últimos días de nuestro amigo tras la barra, quizás por el cierre de otros bares, llegó más gente joven, más sangre fresca, si no algunas guiris despistadas, que hacían subir la temperatura del ambiente. Lo malo es que, por cuestiones laborales, Casto no pudo seguir, y dejó de camarero a Ximo, un ocupa valenciano, bastante broncas y troledo, que espantó a buena parte de la clientela.
El Aljibe tenía cuevas, algunas abiertas, donde tú mismo podías encenderte la luz, y otras cerradas. También las había ocultas, tapiadas. Anualmente, se celebraban allí unas rutas del terror muy aconsejables. Lo malo es que se encontraba bajo el Callejón del Meado, nombre que le hemos dado nosotros a una de las calles más estrechas de Toledo. No hace falta que te explique por qué lo llamábamos así. Como no podía ser de otra forma, había filtraciones. Y es que poner eso en condiciones valdría mucho dinero y si Casto lo invirtiera ya se montaría el proyecto que tiene en mente desde hace tantos años.
Si todo lo anterior no te ha convencido de las bondades del difunto bar, recuerda que los cubatas estaban a cuatro euros, hasta donde tú querías de alcohol, y que era uno de los pocos bares en Toledo donde no te ponían garrafón.

domingo, 20 de abril de 2008

No me estreses 005

Aquí tenéis el quinto programa de No me estreses, emitido en Onda Polígono.


Aquel día nos acompañó Mária y nos hizo un par de fotos... ejem, no demasiado favorecedoras.

sábado, 19 de abril de 2008

Convento de Santa Úrsula

Bueno, pues después de muuuchos problemas para subirlo, aquí está el tercer vídeo de conventos, el de Santa Úrsula. Estas monjitas tienen la hospitalidad como lema, pero ciertamente con nosotros no lo cumplieron, y no quisieron hablar a las cámaras.

miércoles, 16 de abril de 2008

Alcalá de Júcar

En medio de la llanura y del secarral manchegos, dejas a un lado la fealdad de Albacete y te sorprende una carretera sinuosa, excavada a mordiscos en una roca blanca que, en ocasiones, parece querer recuperar su espacio. Bajas con prudencia, pero tus ojos no pueden evitar fijarse en un paisaje sorprendentemente bello. Paras en algunos de los anchos miradores y fotografías la maravillosa hoz del Júcar y sus pueblos de fantasía.
A mí, sin duda, el que más me gusta es Alcalá de Júcar. El casco antiguo del pueblo (casi todo es casco, salvo las nuevas casas del valle entre huertas pegadas al río) tan sólo se aposentan sobre una cara del risco escarpado y blanquecino que bordea el Júcar. Sus calles son estrechas, laberínticas y empinadas. Sólo alguien de Toledo no se cansa al recorrerlas. Sus casitas, muchas abandonadas, son blancas también. Aunque por fuera parecen pequeñas, tienen amplias cuevas excavadas en la roca. Las cuevas más famosas son las del Diablo y las de Masagó. Se trata de dos restaurantes con pretensiones de museos de lo kirch. Atraviesan el monte hasta que en el otro lado ofrecen una visión privilegiada de la hoz desde sus sendas terrazas.
En lo alto del pueblo, existe un castillo restaurado y visitable, desde el que está prohibido tirar piedras. Abajo del todo está la iglesia, justo al lado del puente de piedra.
El río es durante fines de semana y temporada de turistas (valencianos la mayoría) el alma del pueblo. Los mayores pescan mientras los niños capturan y decapitan cangrejos de río para luego sacar un buen precio a los bares del lugar. De día, los que no gustan de la piscina, pueden bañarse en la cómoda playa del río. Cuando la temperatura es agradable, los padres guiris llevan a sus hijos a los parques infantiles acondicionados en una isla junto al puente. Un poco más tarde, pasado ya el jaleo en los días de mercado, da gusto pasear por la senda ecológica paralela al agua o por el suelo empedrado del poquito de llano.
Los del pueblo entran gratis a las cuevas de Masagó y del Diablo. Los de fuera pagamos tres euros. Puestos a elegir, me quedo con las últimas. Hay más que ver, un museo del cine al final del recorrido, y luego la sangre del diablo, que es un cóctel cojonudo.
-Me suena su cara. ¿No le he visto por televisión? -le entras al Diablo, hombre ciertamente de otro tiempo.
No te cuesta entablar conversación con él, ni que te cuente sus apariciones en programas de telebasura y te hable de la evolución del pueblo. Sus puntiagudos bigotes se erizan aún más cuando te habla de sus nueve -creo que eran nueve- hijos.
Y entre tanta cháchara, casi ha cerrado ya el museo del cine, y el propio Diablo te espera en la puerta mientras te dan un poco de grima el toro y el avestruz disecados. Te sorprende ver tanto objeto viejo amontonado. Sin duda es una experiencia que hay que vivir, sobre todo si eres fan de Cuéntame.
Un rato después, ya en casa, la madre de Xavi nos hace cenar toneladas de comida de esa que por pinta y sabor no puedes rechazar. Sus vecinos me preguntan por el cargamento de mujeres que les prometí y mi amigo y su padre se pican tanto que parece que van a llegar a las manos. La noche termina a copazos, en una partida de cartas en la que amiga la cocinera y yo limpiamos a su familia y vecinos.




Tengo un álbum de fotos del pueblo:

jueves, 10 de abril de 2008

No me estreses 004

Ahí va el carto programa. Curiosamente, este lo pude subir sin dificultad. Entré sin ganas de hacerlo, cansado del curro, pero la verdad es que me animé al momento, y nos salió bastante decentillo.

http://www.archive.org/details/NoMeEstresesN004

La vida en postales

Otro relatito de estos cortos escrito hace ahora justo un año:

Quién puede asegurar que en ocasiones el destino no se ríe de él? Por fin lo he conseguido: en un lote llegado de Argentina, estaban dos de las más raras postales de Toledo del XIX que me faltaban. Se trata de una tarjeta titulada ‘Recuerdo’ de múltiples vistas de Hauser y Menet, y otra vista general coloreada de Viuda de Muñoz y Sobrinos. Ambas estaban sin dividir, escritas, con sello, matasellos y firmadas. ¡Por mi antepasado!Nunca supe cómo mi antepasado, pintor de renombre, llegó a la ciudad. Hasta hoy. La primera postal tiene fecha de 18 de abril, ayer, pero de 1897. Hace 110 años. En ella, cuenta a otro amigo pintor su llegada a una romántica y decrépita urbe. Está maravillado por El Greco, y expresa su deseo de volver algún día para fijarla en sus pinceles. Porque, desgraciadamente, en un par de días tiene que volver para Madrid.Sin embargo, y ahí está la mayor sorpresa, no lo hizo. Dos días después, mañana hace 110 años, escribía otra postal a su amigo, a modo de despedida. Tal día como hoy, había conocido a mi antepasada, la madre de mi tatarabuelo.

martes, 8 de abril de 2008

No me estreses 003

Ni os imagináis los problemas que he tenido para subir el puto programita... Teniendo en cuenta que al final me quedé sin voz, estuve por pasar de él.

http://www.archive.org/details/NoMeEstresesN003

lunes, 7 de abril de 2008

Jacaranda XXX aniversario


-Ramón, dos con Cola-Cola y uno con limón.
Naturalmente, son tres de Matusalem, sabroso elixir de diez años que nos sedujo a todos hasta dejarnos prendados del ron. Siempre amable, Ramón nos invita a sentarnos y sirve la copa con generosidad. Es la una de la noche, punto de inflexión, a partir del que el Jacaranda poco a poco se vuelve todavía más íntimo. Aún así, nos cuesta ir buscando sillas para los que tienen que llegar.

El siguiente es Óscar Luis. Casi una vez al trimestre le convencemos para que deje a mujer y prole en casa, y llega desbocado. Cuando abre el portón rojo de madera, decenas de ojos intentan reconocerlo por un instante. No interrumpe las animadas conversaciones que sin dificultad se superponen sobre el volumen agradable de la música. Con paso decidido, Óscar atraviesa una ligera nube de humo, esquiva a algún cliente habitual y le da tiempo a reclamar a Ramón la cuarta copa golpeando con su puño la vieja barra. A su lado, una periodista les cuenta a sus amigos sus últimas experiencias en Jerusalem. En otra mesa, un grupo de actores valora la política cultural de la Junta.

Para cuando media hora después llega el último, Eduardo, ya vamos algunos por el segundo Matu acompañado de una tabla de quesos y otra de esos patés que elabora Ramón de forma artesanal. La música de Krahe eleva el tono literario de Luismi. Hay algún flasazo por diversas mesas. Una guiri sale tras la cortina, sorprendida del antiguo servicio de puerta corredera.
El Jacaranda es uno de los bares más antiguos de Toledo. Sobre su extraña puerta, pende un cartel que fecha su nacimiento en 1968. El local es poco más que un pasillo en forma de ele, con mesas de madera y clientes bohemios y habladores. Sobre sus paredes, un tanto desconchadas, penden posters de cuadros modernos; algún Zóbel y varios Klimt, que no desentonan con la decoración de los rincones llenos de detalles antiguos. En uno, junto a la estufa de gas, hay un lavabo manchego. Junto a la barra existe un mostrados de ultramarinos donde se guardan las viandas. ¿Y qué decir de la máquina registradora de céntimos de peseta?
Ramón, siempre tan comedido, charla con unos y otros. En ocasiones se sienta con los más conocidos. Si algún día le diera por escribir en sus memorias lo mucho que ha escuchado en el bar, seguro que rompía más de un matrimonio.
A la amiga de hoy de Justo, artista esta, ni le sonaba el local. En Toledo, el Jacaranda sigue siendo un bar poco conocido, tras tres décadas. Pero si el Jacaranda estuviera en París, sin duda que sería un local famoso entre el mundo bohemio. Pero esta es una ciudad en la que pocos aprecian más arte que el escrito hace siglos y en las piedras.
Charlamos al principio de literatura. Las chicas hablan de pisos y mientras ellas se descuidan, se emprende una lucha inconsciente entre solteros y casados por hablar de las últimas conquistas o de actrices porno.
Con la cuarta copa, se cumplen las dos y media, y al dueño de nuestro local favorito comienza a entrarle sueño. Bosteza y lanza uno de esos "¿Es que no tenéis casa?". A Alberto le cuesta unos segundos convencerle de que nos sirva la última y nos dé diez minutos de prórroga. Diez minutos, que sabe que será media hora, como siempre.






http://picasaweb.google.com/Dikaios2/Jacaranda

Koma Etílico

Bueno, pues aquí va la versión corregida, creo que definitiva, del relato escrito hace un año.
Sonaban los Ángeles del Infierno y corría la cerveza. El bar estaba lleno con los parroquianos habituales riendo y llorando de sus cosas. Pero era una noche especial, porque por primera vez en mucho tiempo, no faltaba nadie del grupo. Era su aniversario y se habían reunido, nostálgicos, a tomar cervezas y contar viejas batallas.
Un poco bebido y cansado de la voz aguda, se dirigió a la barra esquivando gente.
-¡Ximo, pon los Maiden! –exigió al camarero que, como siempre, pareció ignorarlo.
Allí sentado, el borracho se sintió feliz. No habían sido buenos los últimos años para el grupo. Mujeres y niños los habían separado. Algunos habían tenido problemas de alcohol, y cuando por allí se pasaban eran seres solitarios que ahogaban sus penas en la cerveza, sin la alegría de antes y sin querer hablar con nadie.
Pero aquella noche, no faltaba nadie. Recuperó su sitio con dificultad. Y escuchó. Como en un dejavú, le pareció haber oído antes todas las palabras, recuerdos y brindis. Normalmente hablador, en aquella ocasión el alcohol le impidió que su voz acallara las palabras de los otros.
Y aquella noche supo la verdad, cinco años después. Aquella no era una celebración alegre. El aniversario del grupo no había juntado a todos, sino algo más triste, como el recuerdo de su fallecimiento, en el bar, a manos del dios Baco.

martes, 1 de abril de 2008

Caro Coleccionismo


¡Qué caro que es esto del coleccionismo! Creo que voy a tener que dejarlo, si es que quiero pagar mi piso. Y lo digo después de un día en el que he encontrado lo que he querido. Otra cosa, me repito, es es precio. La Meri me ha llevado de escursión a los Madriles, y de paso nos hemos pasado por un piso que es la hostia de un lutier de violines la mar de extraño. Después, el día ha estado divertido. Yo aproveché para pasarme por una tienda de cómics antiguos junto a la calle Arenal de la que me habló Miguel. ¡Y allí estaba!: por fin, el número 97 de La Patrulla-X, uno de mis cómics favoritosl, que presté y perdí hace tiempo. Es de 1990. Como el propio Reese explica en su interior, allí un Lobezno herido huye de los Cosechadores en Australia cual Alien en el Nostromo. Además, también encontré los números 93 y 102, que los tenía, pero en inglés. Ya sólo me queda el número 55. Así que terminaré la colección y a no buscarme otra, que hay que ahorrar. 

Algo distinto me pasa con las postales. A la espera de hacerme una buena lista de la que me faltan de Hauser y Menet, estoy recopilando las de Purger &; co., ya que de estas últimas me sé más o menos de memoria las que me faltan. Se tratan de postales alemanas del año 1900 coloreadas a mano. Vamos, las más bonitas de la época. Compré cuatro, a buen precio, a 6 y 4,5 euros. Además, Meri se quedó alucinada con algunas vistas antiguas, sobre todo del Alcázar destruido; tendré que enseñarle mi colección en cuanto que la pueda exhibir en casita. La decepción llegó al ponerme a colocar lo que había comprado y me dí cuenta de que sólo sumo 29 de las 55 postales que este editor publicó en Toledo. Y los precios no son baratos que digamos.