miércoles, 13 de abril de 2016

El Viejo Logan

 
Leo mucho últimamente, y quizás por eso no me da tiempo a escribir demasiado, bueno a escribir demasiado más allá de lo que estoy hacieno en Pumuky Viajero.
Entre mis lecturas, varios libros al mismo tiempo, y algún cómic. He decidido hacer algún comentario por lo menos por aquí de las lecturas que acabo. Poco a poco, vamos a recuperar el blog y la crítica. Comenzaré por un cómic, por El Viejo Logan.
Paseaba el otro día por el Casco y me topé con la tienda de cómics, Nivel 426. Entré y no había demasiado que me llamara la atención. Pero revisándolo todo, cogí el tomo del Viejo Logan. Había oído mucho hablar de él y pensé que era un buen momento para pillarlo. Juan Carlos, el dueño de la tienda me dijo que era una buena aventura, a lo Mad Max, y que lo bueno que tenía era que se leía solo, en cuando que tuvieras un par de horas, lo acababas.
Fueron unos comentarios de lo más acertados. El Viejo Logan es un road-comic, si no existe el término, me lo invento, muy adictivo. Vamos, que una vez lo empiezas, lo quieres terminar en un rato. A mí personalmente me gustó muchísimo el dibujo de Steve  McNiven, creo que muy superior al totalmente predecible guión de Mark Millar; sobre todo, aquellos anocheceres en el desierto.
La historia no tiene mucho chiste: existe una Norteamérica apocalíptica dentro de cincuenta años (claro, el mundo es Norteamérica, no os vayáis a pensar que hay más mundo, que no), que se reparten los mayores villanos. Todos los héroes han muerto, salvo un Logan totalmente sumiso y pacifista, y Ojo de Halcón, del que pasaron los malos al matar a los buenos. Para tener dinero para el alquiler y salvar a su familia de los descendientes de Hulk, Logan y Ojo de Halcón inician un viaje de negocios.
Según vas leyendo la historia, vas más o menos prediciendo lo que va a pasar, y te da la sensación de que se te acaba el cómic y no termina de arrancar, que se pierde en los detalles y no termina de explotar. Hasta que llega el final que todos sabíamos que llegaría, y deja en el aire una segunda parte.
No entiendo muy bien el éxito de este cómic, que casi se ha mitificado, más allá de los dibujos de McNiven y la creación seria de una distopía bien montada, que no parece muy normal en Marvel. Aún así, lo dicho, se lle muy bien y engancha, a ver si ocurre algo todo el rato.