martes, 23 de febrero de 2010

Reflexiones en torno a la Narrativa Digital III

No linealidad, más allá de la narrativa digital


Ahora bien, ¿debemos identificar por completo los conceptos narrativa digital y narrativa no lineal? Mi idea es que la narrativa digital es sólo un medio más en el que se expande y se desarrolla la narrativa no lineal, pero esta última va más allá y es mucho más antigua. Además, la narrativa digital se sirve de otros conceptos, como es la hiperficción constructiva.
Carmen Gil hace la siguiente definición: “La no linealidad se entiende como la ruptura de las convenciones relacionadas con los conceptos de tiempo, espacio, principio y fin; se da en diversos medios y de diferentes formas; y se ha desarrollado de la mano de las artes y de las letras para encontrar su reino en los nuevos medios electrónicos como un recurso que explora la mutimedialidad y las redes de conexión en el ciberespacio”.
Sobre el hipertexto, José María Aguirre en su Crítica a la obra de George P. Landow ‘La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología’ afirma lo siguiente: “El hipertexto es un sistema abierto que permite al receptor construir sus propios caminos de lectura saltando de ‘lexia’ en ‘lexia’ conforme a sus intereses. El texto tiene un principio y un final; el hipertexto no está dado, sino que se crea en cada lectura conforme a los recorridos que establezca cada lector. El texto se ‘termina’; el hipertexto, en cambio, continua creciendo gracias a la posibilidad de añadir nuevas lexias por parte de sus autores, o incluso, sus lectores”. Además, wikipedia nos hace una definición parecida: “Se denomina hiperficción o narración hipertextual a las narraciones escritas mediante hipertexto, es decir, compuestas por un conjunto de fragmentos de texto (que algunos llaman lexías) relacionados entre sí por enlaces. Se caracterizan por no tener un único camino establecido por el autor, sino que deja al lector la capacidad de elegir su camino entre varios posibles. En ocasiones no tiene ni siquiera un principio establecido. Casi nunca tiene final. Las versiones más extremas permiten al lector modificar la obra, o bien directamente, o bien colaborando con el autor original”.
Es decir, la narración no lineal, que ha encontrado su mejor medio en las nuevas tecnologías, supone la ruptura de historias, de tiempos y de la linealidad literaria. Pero se desarrolla con otros lenguajes y formas en otros espacios artísticos o narrativos, como la pintura, el cine, la literatura o el cómic. La narrativa digital utiliza los enlaces como recursos para explotar la no linealidad. Desarrolla esta, así como otros recursos, tales como la hiperficción contractiva. De nuevo recurrimos a wikipedia para encontrar una definición a este nuevo término: “Hiperficción constructiva o Escritura colaborativa: En esta, el lector puede modificar la historia. La hiperficción constructiva consiste en el trabajo colaborativo de varios autores (autoría compartida)”.

En estas circunstancias, ¿cuál ha sido la aportación de las nuevas tecnologías y la narrativa digital a la narrativa no lineal? En un primer momento, podríamos decir que es su mejor caldo de cultivo y la ha permitido expandirse. Pero algunos autores, como George P. Landow y Aparicio, también indican que la narrativa hipertextual –en este caso, y la definición es mía, como infraestructura- ha quitado el carácter marginal que la imprenta dio a la narración no lineal –que se puede considerar estructura productiva o en forma artística, superestructura- y ha posibilitado su desarrollo.
Advierten estos autores –otros se refieren incluso a las cuevas de Altamira como creación no lineal- que las narraciones no lineales son tan antiguas como el propio Talmud, conjunto de libros que contienen las leyes judías y comentarios sobre ellas.  Fue recopilado en Babilonia cerca del año quinientos de la era cristiana, con el fin de preservar para las generaciones futuras los preceptos, análisis y discusiones de rabinos y estudiosos. Los libros están concebidos para tener una función adicional que se podría llamar hipertextual: el cuerpo de la hoja está formado por una caja de texto central rodeada de diversas cajas de diferentes tamaños y tipos de letra, que son las que contienen los comentarios sobre el texto central, con temas que van desde asuntos extra legales, regímenes alimentarios o notas sobre comportamientos sociales. Los antiguos códices cristianos mantienen esta estructura.
El problema vino de la mano de Gutenberg hacia el año de 1435. Su imprenta masificó la producción de libros y unificó su estructura física. De esta forma, hizo casi imposible la innovación en cuanto a forma. No sería hasta casi tres siglos después que se empezarían a presentar innovaciones en cuanto a estructuras narrativas.
La narración no lineal, en consecuencia, hasta que las nuevas tecnologías han dejado obsoleta la imprenta y han traído consigo el hipertexto, se ha basado en la ruptura de la historia y del tiempo. Ruptura que no ha sido exclusiva de la literatura. Analizaremos ahora un aspecto curioso de la ruptura temporal.

jueves, 11 de febrero de 2010

Mi nuevo blog

Los que me conocéis ya sabéis que tengo varios blogs abiertos.
Quizás por eso he tenido este tan abandonado durante tiempo.
Bueno, pues os recomiendo hoy uno de ellos.
Es un blog en el que intento meter una foto al día.
Se trata de La foto de hoy.

martes, 9 de febrero de 2010

Hostelería toledana

Tengo ante todo que romper una lanza ante los nuevos hosteleros toledanos. Vamos, que la hostelería toledana, creo, está cambiando, y más que debe cambiar en las próximas elecciones. Está llegando gente nueva, con nuevas ideas, con ganas de hacer cosas por sus negocios y por su ciudad. A riesgo de que los gerifaltes vuelvan a amenazarme con pegarme, diré que ese es el futuro de los hosteleros en la ciudad. El futuro es de los que no dicen aquello de que 'una fuente en la puerta te quita negocio', porque saben que una fuente, y dos o tres locales más lo que hacen es atraer clientes. En fin, lo que digo, nuevas mentalidades.
Dicho esto, también cuento que me ha vuelto a pasar. Quizás la culpa sea mía, por seguir probando nuevos locales... El hecho es que este mediodía, doce de la mañana con puntualidad insultante, un compañero de trabajo y yo hemos entrado en un bar que nunca había visitado y al que  nunca voy a volver. Está, para más señas, en Venancio González.
Detrás del mostrados había un cartel que anunciaba que los desayunos de diez a doce costaban dos euros.
El camarero, señor mayor, tenía incluso cara agradable.
Y yo le pregunto:
-¿Das todavía desayunos?
-Son hasta las doce -me responde con cara panoli.
-Bueno, son las doce y dos minutos.
-No, hasta las doce.
Así que por educación, más educación, desde luego, que la suya, nos tomamos dos cafés y nos despedimos para siempre.

martes, 2 de febrero de 2010

Reflexiones en torno a la Narrativa Digital II

¿EL hipertexto cambiará nuestro futuro?

¿Qué es lo que ha hecho posible el surgimiento de la narrativa digital o el hipertexto? ¿Qué consecuencias tiene o puede tener en un futuro?
Diversos autores coinciden en datar la narrativa no lineal prácticamente en el inicio de la escritura y, en consecuencia, de la historia. Algunos incluso, la llegan a situar en la prehistoria, y en lugares como las cuevas de Altamira. El cambio, evidentemente, ha sido tecnológico. Las nuevas sociedades de la información –básicamente ordenadores e Internet, pero no sólo- han posibilitado la tecnología necesaria para el desarrollo espectacular de estas formas narrativas.
Respecto a sus consecuencias futuras, explica Teresa González Trueba que “ante esta nueva realidad, conviven posturas opuestas: la de aquellos que se entusiasman ante la posibilidad de una forma de transmisión de la cultura que traiga consigo cambios trascendentes, como en su tiempo lo hizo la imprenta; los más escépticos, que tan sólo aceptan la mera existencia de nuevas formas de comunicación, pero que no entienden que estas puedan transformar los mensajes; o los apocalípticos, que ven en la posible desaparición del libro impreso un indiscutible síntoma del fin de la cultura”.
González Trueba advierte en primer lugar que también ante la hiperficción existen, frente a posturas entusiastas, otras más escépticas que se niegan a concederle estatuto literario. Sin embargo, otros autores, en una postura intermedia, ven en todo este nuevo mundo en Internet una mera versión electrónica de viejas ideas que están presentes en la literatura desde hace muchos años. Las preguntas que se plantea son qué hay de novedoso o qué hay de deuda con la tradición literaria en estas creaciones electrónicas; y si el hecho de que sean realizadas en un soporte electrónico y para su consumo en el mismo soporte, ¿conlleva algún cambio trascendente formal o de contenido en las mismas?

Nosotros vamos a tomar prestada la terminología filosófica de autores como Carlos Marx, y Max Weber. Podríamos decir que se ha producido un cambio en la infraestructura: ordenadores e Internet han evolucionado y permitido un desarrollo espectacular de formas de expresión hasta ahora marginales. Esta circunstancia, ¿va a traer consecuencias en la sociedad y en el pensamiento? En la primera así está siendo, y si seguimos la Dialéctica Marxista, es de esperar que ocurra lo propio en el segundo.
Recordamos que para Marx el factor fundamental del proceso histórico que determina el desarrollo y cambio social es la infraestructura, en nuestro caso, la narrativa digital, como una parte más de la evolución tecnológica. Dicho de otro modo, cambios de este modo cambiarían el conjunto de la sociedad, sus relaciones sociales, el poder, las instituciones y el resto de elementos de la supraestructura. Lo que de momento parece claro es que estos cambios han modificado enormemente la estructura, o relaciones de producción. La revolución de Internet –la gran red, o el gran hipertexto, según se mire- ha facilitado mucho el trabajo de millones de profesionales de prácticamente todos los sectores del mundo occidental. Qué decir, por ejemplo, de los medios de comunicación. Pero no hay que olvidar la gran ayuda que Internet supone para profesores o científicos. Por lo tanto, nuestras fuerzas y relaciones productivas han cambiado. ¿Eso indica que tiene que cambiar la supraestructura, o formas jurídicas y políticas, filosofía, religión, arte y ciencia, entre otros?
La respuesta es sí. Al menos está empezando. Cambia el ocio, cambian las leyes, incluso en algunos casos el proceso democrático. El arte ha encontrado nuevos terrenos vírgenes en los que germinar. La ciencia disfruta de una expansión ilimitada. Y para el hombre de a pie, ¿en qué va a cambiar su forma de pensar? El acceso a información que tiene es ilimitada; ya no necesita buscar, sino filtrar. Su ocio ha cambiado, así como sus posibilidades de expresión y comunicación con los demás. Las nuevas formas de relación interhumanas son muy distintas a las de hace veinte años.
No obstante, quizás aquí la visión de la Dialéctica Marxista sea limitada. Por eso, quiero aludir a Max Weber. Si le hacemos caso, el sentido de la influencia entre infraestructura y supraestructura no es unidireccional. Digamos que existe un feed-back. En este caso, algunos autores han justificado el auge de la narrativa no lineal en que a la postre podemos interpretar como infraestrutura, en la física cuántica, la relatividad, la teoría del caos o la entropía .