Una lástima, porque este fue de los reportajes de conventos que más me gustó, pero en Localia sólo me grabaron tres minutos del mismo, que aquí cuelgo.
La monjita era la caña. Tenía 93 años.
Hace unos años, justo antes de que cerraran el Miradero, nos encontramos en una entrada uno de los metros del Karpa. ¡Era nuestro metro! ¡Aquel en el que con tanto esfuerzo Carlos había grabado la palabra Desaboríos!

