miércoles, 16 de octubre de 2013

Perjudicados los de siempre

Mucho se esperaba de los posibles cambios en los recorridos de los autobuses en el III Plan de Transporte de Toledo. Pero a la postre no ha sido para tanto.
Durante la última concesión a Unauto, el PSOE puso el grito en el cielo y criticó al Gobierno de Molina por su falta de valentía a la hora de buscar alternativas al Casco y por no exprimirse la cabeza para ver otros recorridos alternativos. Todo hacía indicar, por lo tanto, un III Plan de Transporte revolucionario. Pero ha sido una decepción. En el fondo, el documento es poco más que un plan de ahorro en el transporte público, quizás necesario, pero decepcionante.
Entre sus pocas novedades, tan sólo saca a medio plazo algunas líneas de Zocodover. Pero seguirán llegando hasta allí algunas con la carga de las 1, 2, 4 y 5. Al final, sólo salen del Casco los vecinos de Polígono, Valparaíso y Azucaica. Y los recorridos son prácticamente iguales. Nada de aquellas propuestas de hacer circulares las líneas del Polígono, por ejemplo.
Lo malo es que salen perjudicados los usuarios del transporte urbano que vienen de más lejos. Es decir, que aquellos que tardan media hora o más en subir al Casco, tendrán un retraso más con las escaleras mecánicas, mientras que los que tardan diez o quince minutos, seguirán acudiendo de forma directa. Y eso que, por ejemplo, las líneas 61 y la 62 dan servicio a un 23 por ciento de los usuarios de un día laborable y tienen una ocupación media del 76 por ciento.
Y mientras tanto, los autobuses siguen igual, a punto de romperse en las cuestas y sin amortiguadores. Los viajeros que se sientan en las plazas traseras de la línea 62 saltan literalmente en cada paso realzado. Vamos, que ni los antiguos katangas. Y a mí desde el último viaje me siguen doliendo las cervicales ya dos días...

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