Esta semana abría muchos medios de comunicación la noticia de que la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo había encontrado a su nieto perdido. Esto no hubiera sido posible sin Fernando de Giles.
Fernando iba un día a entrevistas como periodista de TVE al dictador argentino Videla, y se encontró con un montón de mujeres manifestándose en una plaza. Supo ver que la noticia era esa, y no la cita con el gobernante. Y ahí surgió la leyenda de las Madres de Mayo. Recientemente, España ha perdido a uno de sus intelectuales más críticos y comprometidos: Fernando de Giles.
Cuando Fernando hablaba de arte y cultura, yo ha veces me sentía un completo analfabeto. Cuando bromeaba con ironía, a veces era difícil seguirle. Como profesional, no voy a recordar la enorme lista de premios periodísticos. Rememoraré aquí tan sólo ese momento en el que enfadó tanto a Pinochet, que este dio por acabada la entrevista, y tiró todos los focos, con el consiguiente jaleo y militares armados entrando en la habitación. Cuando ya no viajaba tanto, se emocionaba con la llamada de sus corresponsales.
Giles presumía de haber sido siempre un periodista totalmente parcial, siempre volcado con el mundo árabe por encima de Israel. Como corresponsal de guerra, en Vietnam, se dejaba atrapar por los chalies en taxi por la selva para tener historias que contar. Lo curioso es que un republicano como él fue mentor en TVE de la actual reina, Letizia Ortiz.
Dejo mi homenaje al artista en forma de vídeo, grabado por el año 2000.
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