«Nosotros no tenemos nuevos problemas, son los de siempre, pero nunca los resuelven», se lamenta Tomás Ruiz mientras observa con preocupación la parcela de Cimasa, el espacio que quedó abandonado después de la demolición de un edificio abandonado. Aquel suponía un peligro para los vecinos del barrio, y este ahora hace lo propio. El problema de San Antón no es que por el barrio no pase el tiempo, sino que sí, pasa y lo hace para peor. Los problemas no se solucionan, si acaso, se parchean, y poco a poco van empeorando. A la situación de Cimasa se une la de accesibilidad de Marqués de Mendigorría, el abandono del gimnasio de la Escuela o los nulos avances en el arroyo del Aserradero. Pero a todo ello, se suma un nuevo problema, Toletvm, que la solución a otro antiguo problema, el Palacio del Automóvil.
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