Era martes, a las once de la noche y hacía frío. Habíamos quedado en San Justo y hasta el Enebro estaba cerrando. Entonces por mi mente atravesó uno de esos extraños flases que vienen una vez al año: tuve una idea. Evidentemente, no queríamos ir a casa. Y en nuestra búsqueda de bar, me acordé de que en la vecina plaza de la Bellota había un pequeño local muy agradable, del que te dejan sacar los botellines en verano. ¡Por probar!
Pues sí, Casa Antonio estaba abierta, y no tenía pinta de que fueran a cerrar. Nos trataron bien (los camareros no tienen que ser de aquí). Con el botellín de Mahou nos pusieron tapa. Y la gran sorpresa vino a la hora de pagar: un euro por cerveza. ¡Sí, todavía hay lugares en los que te ponen botellines y te cobran un euro!
Creo que por fin he encontrado un bar de guardia, o más bien de urgencia, para esas noches de invierno en las que todo cierra en Toledo.
1 comentario:
Una cervecita baratita, una buena tapa y buena compañía... qué más se puede pedir! Repetimos?
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